
Aprender del futuro para combatir la apatía profesional
“Alas para un cambio”, de Jan Jacob Stam es un libro que te recomiendo aunque no seas el encargado o la encargada de la gestión del cambio de ningún colectivo.
En realidad creo que todos contribuimos en la gestión del cambio de un modo u otro, ya sea en el trabajo, en casa, en la sociedad o con la pareja. Pero esta es solo mi opinión, no la de Jan Jacob, que es el experto de quien quiero hablar hoy.
Te ocupes de lo que te ocupes, te cuento por qué te lo recomiendo. Hay una parte del libro, en la página 64 donde Jan Jacob dice:
“Aprender del pasado a veces es la manera más segura de repetir antiguos patrones. Cuando intentamos aprender del pasado, por ejemplo, para impedir que vuelva a repetirse una situación inconscientemente seguimos conectados a los patrones que en su día nos llevaron a ella. Cuanto más intentemos liberarnos de antiguos patrones, más probable será que se repitan.”
Me gusta esta parte del libro porque habla del pasado, del presente y del futuro como algo que está en nuestra mano gestionar. Por fin, podemos aprender a ser libres y disfrutar de nuestros dones y virtudes.
Y el párrafo continúa así:
“Aceptar el pasado significa dejar que se vaya. Permitirle que concluya. Significa estar aquí y ahora preparados para algo nuevo”
“Aprender del futuro significa un desprendimiento permanente. Significa sobre todo liberar las imágenes que nos hemos creado sobre nosotros mismos y sobre el futuro. Cuanto más nos aferramos a nuestros planes, más difícil nos resulta observar cómo se acerca el futuro.
Hay una ingente cantidad de literatura sobre la transformación. Si la transformación significa aprender del futuro emergente, entonces por definición, es imposible saber qué emergerá del proceso de transformación…. Desprenderse de estos planes creará un espacio mayor para la transformación”…
Cuando diseñamos nuestra vida, incluimos ilusión, entusiasmo, aventura, desafío, aprendizaje o reconocimiento como ingredientes con los que aliñarla.
Pero lo que ocurre en realidad es que cuando llega Septiembre y las personas vuelven a sus tareas después de su periodo vacacional, lo que también traen muchos es apatía, aburrimiento, miedo, cansancio o desmotivación.
Es triste. Muy triste.
¿Cómo es posible estar en un departamento cara al público con tristeza y desmotivación?
¿Cómo es posible trabajar en un centro educativo y estar contando los días para las vacaciones?
¿Cómo es posible gestionar el talento de otras personas habiendo perdido el foco?
¿Cómo es posible liderar proyectos o equipos sin saber cómo sacar lo mejor de ellos?
¿Cómo es posible tener un trabajo y tener apatía o aburrimiento profesional?
Hay muchas cosas que no deberían ser, pero forman parte de la realidad. Así es. Todos tenemos nuestras propias sombras y hay que asumirlas.
Pero tener aburrimiento o apatía profesional no. Eso no lo podemos mantener.
Eso reconcome por dentro. Es como una canción triste que va penetrando poco a poco por las rendijas del alma hasta apagarla. Eso lo tenemos que eliminar.
Si cada día no estás deseando levantarte para afrontar con ánimo el día y aportar tu valor, busca qué parte de tu entorno te aburre o asusta.
Una forma de hacer realidad tu bonito futuro emergente, es eliminar la paja en tu vida, conectar con un nuevo propósito, despertar tus recursos internos y empezar a hacer algo grande con tus virtudes.
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